Se trata de una sala en el vestíbulo de la Policía Local, con acceso a una salida independiente a la del Edificio, en la que uno de los progenitores puede dejar al menor, bajo la supervisión de Policía local voluntarios de Protección Civil, hasta que llegue su otro progenitor a recogerle. Es una sala de juegos, que busca que los menores puedan estar en un entorno agradable a pesar de lo desagradable de este tipo de circunstancias. Por eso, cuenta con algunos libros y juguetes, “donados por la Biblioteca Municipal, particulares, y la Asociación de Comerciantes y Empresarios, CyE”, explicó durante la presentación la alcaldesa, Mariola Vargas.
Hay muchos casos en los que es necesario utilizar este tipo de espacios de encuentro y serán los jueces, ha explicado Vargas, los que determinen su utilización. Es el caso de parejas que, durante y después del proceso de separación tienen conflicto o dificultades para cumplir con las visitas a sus hijos; familias en las que exista oposición o reticencias por parte de uno de los progenitores al cumplimiento del régimen de visitas; o menores que se encuentran separados de sus progenitores con medida de acogimiento en familia ajena, entre otros. Este dispositivo abrió sus puertas la semana pasada y por el momento sólo ha atendido un caso.