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ViveTorre cumple 100 ediciones

ViveTorre cumple 100 ediciones
miércoles 23 de abril de 2014, 12:06h
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Cien números, cien revistas, y miles de historias las que han pasado por las páginas de ViveTorre. Celebramos cien ediciones y hemos querido mirar atrás, hacer balance y homenajear a los que cumplen un cien en sus vidas.
¿Qué mujer de Torrelodones sobrepasa el siglo de historia? ¿Quién es la empresa que este año celebra su centenario? ¿Qué asuntos trataba el ayuntamiento hace cien años? ¿Siguen siendo de actualidad los mismos temas que hace cien ediciones? Sobre todo esto y mucho más trata el siguiente reportaje escrito desde la nostalgia, el recuerdo, la experiencia y las emociones.
ViveTorre nace en abril del 2005 con una ilusión, la de ocupar un hueco destinado a la información independiente en Torrelodones, con la única restricción del respeto y la honestidad, y empezó con los nervios del primerizo, con la incógnita de saber si iba a gustar o no a los vecinos del pueblo. Con un formato pequeño, un diseño práctico y los temas del momento que, curiosamente no han abandonado nuestras páginas cien números después: los robos, los graffitis, el problema de aparcamiento o los jóvenes; asuntos que hoy siguen interesando a la población, aunque cada uno de ellos ha tenido una evolución diferente, y diría que positiva, a lo largo de estos años.

Por ejemplo, en el caso de los robos, es cierto que en los últimos meses se han sucedido algunos en comercios aislados y sin embargo, tanto hoy como cuando ViveTorre alzó su voz por primera vez respecto a este tema, la respuesta de los políticos se ha basado en tranquilizar a la población y asegurar que Torrelodones es un municipio seguro. Antaño porque el anterior alcalde lo definía como “el segundo municipio más seguro de Madrid” y ahora porque “no hay nada que sea alarmante”, dice el actual concejal de seguridad.

Otro ejemplo, el de los graffitis, que han sido y serán un problema de difícil solución porque hay que pillar in fraganti al graffitero; están cada vez más controlados e incluso existe el proyecto de tener una pared en Pradogrande para graffiterar. Para los que no lo sepan, la multa alcanza los 3.000 euros, y a parte se tienen que cubrir los gastos de la limpieza, que por cierto, el Ayuntamiento ya paga por ellas unos 60.000 euros al año.

Se habló en el primer número sobre una idea no aprobada referente a la utilización del antiguo vertedero para construir un parking disuasorio y un polígono industrial, un tema que aún hoy no se ha resuelto.

Estas y miles de noticias han pasado por las páginas de ViveTorre tratando de ser la voz de los vecinos, de informar por y para el pueblo, y desde la pluma de un equipo de redactoras que han plasmado su experiencia y cariño a lo largo de siete años.

Eva, la primera de ellas, habla de ViveTorre como “amor a primera vista”, pues “buscaba un trabajo que pudiera compatibilizar con el cuidado de mi bebé” “Estaba encantada de trabajar en mi pueblo entrevistando tanto a gente nueva como a los que conocía de toda la vida; nunca me había metido en los entresijos de la política local, una especie de representación a pequeña escala del gran teatro de la política nacional que resultó muy ilustrativa”.

Arantxa llegó en 2006. Siempre le ha gustado la prensa local, lo cercano, lo que interesa al vecino, “somos un poco cotillas”. Lo predominante era el feedback con la gente, “nos hacían llegar las quejas y nuestra labor era pedir explicaciones al poder político de lo que no funcionaba. En septiembre del 2010 lo dejó porque tuvo que hacer reposo absoluto, ya que estaba en un embarazo de riesgo; venían sus trillizos.

Luego llegó Rosa, que describe su experiencia como “enriquecedora”. “Me siento parte de Vive, de mi pueblo y de cada historia que he contado en sus páginas”. “Hemos llegado a ver amanecer en algún que otro cierre porque nos empeñamos en contar lo que pasa en el último momento”, comenta.

No podemos olvidar al diseño y la publicidad, motores fundamentales de ViveTorre. Elena, nuestra diseñadora de siempre, afirma que “cambiar el color de la revista y el diseño de los anuncios mensualmente le da un toque divertido a la publicación”; asegura además que hay portadas que han sido todo un reto y otras que han marcado la historia como “la crisis del ladrillo”, que por aquél entonces “nos sonaba algo lejano”..; María, comercial en los comienzos de Vive, cuenta que lo más complicado fue al principio, porque “la gente era reacia a anunciarse en algún medio si no era la revista municipal; aunque una vez que eran clientes, era más fácil mantenerlos”
Y hablando de anunciantes… hay uno que merece especial mención puesto que estuvo desde el número uno, y cada uno de los cien que hoy celebramos. La Sidrería de Bulnes lleva 17 años en Torre y su dueña, Lourdes, afirma que ViveTorre es el único medio donde se anuncian, pues la independencia fue un criterio a la hora de elegir. “Estamos contentos porque está en todos los sitios y la gente la lee”.

Un siglo de vida
Pero no son los únicos que cumplen cien con nosotros. María Llorente, que vive en la residencia Los Peñascales desde hace 18 años, sobrepasa la centena. Entró con su marido pero a los dos años le perdió, tenía entonces 92 años. Tiene dos hijas y tres hijos, aunque uno ya no vive. Nació en Cifuentes, Guadalajara, donde sus padres tenían tierras que explotaban, una tienda y sirvientes. Eran siete hermanos siendo ella la tercera y la única que ahora sigue cumpliendo años.

El episodio más duro que recuerda fue en la guerra civil, porque les quitaron todo; describe cómo toda su familia fue conducida a unos barcos que estaban anclados frente al puerto de Barcelona, donde permanecieron tres meses en represalia cuando ella sólo tenía 25 años. Su madre quedó enferma tras este episodio y hasta que no terminó la guerra no pudo casarse con su marido, después de diez años de novios. No tuvo la oportunidad de ampliar estudios más allá de los básicos porque dice que “tuvo que cuidar de sus hermanos”. Nos cuenta que nunca se imaginó llegar a esta edad, sobre todo porque ha tenido siempre dolencias, pero conserva el buen humor y el optimismo y a la pregunta de cuál es el secreto de su longevidad, dice que “con paciencia y resignación”. Ella es muy religiosa y su creencia la ayuda en su modo de vivir. Tiene una rutina en la que incluye hacer lo que más le gusta y la vista aún le permite, el ganchillo, con el que ha surtido a la residencia y en trabajos para colaborar con ONGS. Le gustaría estar rodeada de niños en vez de ancianos, pero es buena compañera, siempre tiene una sonrisa, y ganas de cantar.

Julián de Castro, felicidades
Cien años cumple la empresa de autobuses Julián de Castro. Una empresa familiar compuesta por ocho hermanos, aunque Julián es el que lleva la gerencia. Afirma que estos 100 años representan “una dicha y una satisfacción”. “Siento una agradable sensación interior por cumplir el objetivo de continuar con el testigo de los que nos precedieron, para pasárselo a la siguiente generación”.

Es curioso escuchar a Julián hablar de su padre: “Fue un enamorado profesional del transporte de viajeros. Cuando nació en 1915, ya en su casa se llevaban dos años trabajando en el transporte con mulas, para ir de Galapagar a Torrelodones para enlazar con el tren, ya que el apeadero más próximo de Galapagar (La Navata), no tenía puente sobre el río para que pudieran circular los vehículos. Por mi parte, hasta la fecha en que murió mi padre en 1986 he conducido en el discrecional hasta que cambie hace 20 años mi asiento de conductor por el de despacho de la gerencia”. “Estamos muy orgullosos de servir y atender el transporte a los viajeros de Torrelodones desde hace un siglo, que acaba ahora, al tiempo que empieza otro para seguir haciendo lo que hacían con absoluta dedicación y entrega: tratar a los usuarios como viajeros. A los viajeros como clientes. Y a los clientes como amigos.

Cien socios, nueva peña
El objetivo de Pablo, el presidente de la nueva peña El Carrito, era llegar a los 100 socios y ya han superado con creces la cifra antes de su presentación oficial. El Carrito surge de un grupo de jóvenes de entre 25 y 35 años, que han nacido y viven en Torrelodones, y que quieren mantener el “espíritu Peter Pan” y no renunciar a pasarlo bien. Quieren revitalizar las fiestas del municipio y promover actividades durante el año. Están en contra de definir a este pueblo como una ciudad dormitorio porque ellos representan una generación que reivindica un lugar para vivir y participar.

Torrelodones hace cien años
El contexto se marca después del desastre del 98, cuando se vivía en permanente crisis económica y política dentro del sistema de la Restauración. Estaba reinado Alfonso XIII, cuando, en el segundo año de mandato, el presidente Canalejas fue asesinado en noviembre de 1912.

La fotografía de la villa de Torrelodones en ese año puede vislumbrarse a través del libro de actas del Ayuntamiento, que se encuentra en el Archivo histórico municipal, donde además podemos conocer una parte de la vida de entonces, a través de los asuntos tratados en los plenos.

Como dato curioso, encontramos que el mismo 1 de Enero se realizó el primer pleno del año, constituyéndose la nueva corporación con el alcalde Mauricio Bravo y cuatro concejales. Algo particularmente llamativo era la anulación de plenos por ausencia de concejales, y la decisión de multarlos si no asistían. Se nombraban comisiones permanentes de Hacienda, política urbana o medidas y pagos.

Entre los datos recogidos en las actas, aparecen asuntos de la vida cotidiana como la captura de dos prófugos de la cárcel (que estaba situada en el mismo edificio de la casa consistorial), una subasta pública de un ´berraco´ por 50 pesetas en la casa consistorial en cuyo caso, si no aparecía ningún postor, se realizaría una segunda subasta con un 25 por ciento de descuento. Se observa también cómo se destinó del presupuesto en la partida de salud pública 200 pesetas para que el farmacéutico titular dispensara medicamentos a los pobres, e incluso cómo se pidió al Ayuntamiento por parte de un representante de ganadería y cañadas, el reconocimiento y deslinde en favor a la vía pecuaria contra los abusos por la explotación de canteras y otros usos particulares.

Y si quieren saber lo que sucedió en un tiempo más cercano, en el pleno celebrado tras cien días de gobierno de Vecinos por Torrelodones, octubre de 2011, se aprobaron las ordenanzas fiscales, los precios públicos y se designaron las fiestas locales.

ViveTorre cumple cien números, que no cien meses, pues empezó siendo quincenal y lleva a sus espaldas la responsabilidad de seguir siendo un medio independiente. Hoy tiene una tirada mensual de 10.000 ejemplares controlados por la Oficina de Justificación de la Difusión, y se distribuye también por Hoyo de Manzanares, el pueblo vecino. Tras miles de historias en papel y a través también de su formato multimedia en la web vivetorreyhoyo.com donde pueden leerse todos los contenidos de cada una de las ediciones publicadas y visitar su PDF completo, ViveTorre puede leerse en las pantallas de las PDA's, smartphones, iPhones y iPads ya que ha sido una de las primeras editoriales que dispone de kiosco propio en el AppleStore. Además, a partir de ahora Vive se convierte en diario online ya que estaremos presentes a través de facebook y twitter con las noticias de última hora con el objetivo de seguir siendo un medio al servicio de los torrelodonenses al menos, otros cien número más.
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