La limitación del uso de pantallas es una de las principales medidas del nuevo Decreto que está ultimando el Gobierno autonómico, que entrará en vigor en septiembre. Se trata de “garantizar la adquisición de las competencias digitales recogidas en los currículos educativos de las diferentes etapas”, pero con restricciones “necesarias para reducir los riesgos derivados del uso temprano, intensivo o inadecuado de las tecnologías de la información”.
Una medida que, asegura el consejero de Presidencia, Miguel Ángel García Martín, ya están adoptando muchos países que en su día fueron pioneros en la introducción de la tecnología en las aulas. “Lo que se pretende y lo que queremos es volver a la esencia de la educación tradicional, adaptada al presente y también al futuro: la vuelta a los dictados, la vuelta a la atención, a la caligrafía, a la ortografía, al libro de texto, a los cuadernos... en definitiva, a esa escuela tradicional”.
Esta nueva normativa establecerá que los alumnos de Infantil y Primaria no podrán trabajar de forma individual con dispositivos digitales, y que los maestros no les podrán mandar deberes o tareas en las que tengan que utilizar tablets, ordenadores, móviles o similares fuera del horario escolar.
En cuanto al uso compartido entre dos o más alumnos, se hará con limitaciones de tiempo en función de las edades y etapas. Así, en el segundo ciclo de Educación Infantil (niños de 3 a 6 años) y en los dos primeros cursos de Primaria, este manejo compartido estará restringido a una hora semanal. Por su parte, los alumnos de 3º y 4º de Primaria tendrán una hora y media para su empleo conjunto durante la semana, mientras que los de 5º y 6º podrán usarlas con estas condiciones un máximo de dos horas semanales. Los más pequeños del primer ciclo de Infantil (0-3 años) no tendrán contacto con estos dispositivos.
En cuanto a la etapa de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), serán los propios colegios e institutos que la imparten los que delimiten el uso individual o compartido de tablets, ordenadores y demás según las características de las enseñanzas, la edad y el grado de madurez de sus alumnos.
La norma también recogerá algunas excepciones a estas restricciones. Por ejemplo, aquellos alumnos con necesidades específicas de apoyo que requieran de estos recursos digitales, previo informe psicopedagógico, podrán utilizarlos sin ningún tope horario. Y también se permitirá su uso en las materias optativas o proyectos en los que sean imprescindibles para adquirir competencias específicas.