La adaptación a las nuevas tendencias de consumo sigue provocando en la pastelería artesana madrileña la venta de medidas más pequeñas para adecuarse a todo tipo de familias, así que las piezas de 500 gramos son las protagonistas. Además, cada vez es más habitual la reducción de la proporción de azúcar empleada, y la elaboración de variedades para la población con intolerancias (sin gluten, sin lactosa). La tendencia en los roscones trae este año nuevos diseños de roscones bañados, principalmente con chocolates.
“Continua la tendencia del consumidor por adquirir el roscón elaborado artesanalmente, sin conservantes, ni otros añadidos, y consumido horas después de su elaboración y su compra, lo que viene a significar que cada día se demande más lo artesano y de mejor calidad”, explican desde ASEMPAS, que también ha puesto de relieve la “desestacionalización” de este producto, que ha hecho que desde noviembre ya esté presente en los obradores madrileños. Más de la mitad de los consumidores siguen prefiriéndolo relleno. De ellos, siete de cada diez eligen la nata, el relleno más popular seguido de la trufa.