Mens sana in corpore sano

Hace ya tiempo que cuidarse y estar en forma ha dejado de ser visto como una superficialidad propia de ociosos, y si todavía no lo creen así, paseen por Internet y vean al “hombre esperanza” del año, Mister Obama, y nuestro presidente de la nación haciéndose amigos y “en un momento distendido de la conversación comentaron aficiones compartidas, como el baloncesto y el footing, e incluso aludieron a la posibilidad de correr juntos” (05/04/2009). Corriendo juntos puede que se les ocurran nuevas ideas para salir de esta crisis a la que parece que ya le vamos perdiendo el miedo, claro que otra cosa muy distinta es salir a cazar juntos, y encima sin licencia…
En Torrelodones también tenemos tiempo para todo, aunque no espacio en esta revista para reseñar las múltiples opciones disponibles para ponerse en forma y disfrutar de salud y belleza sin irse muy lejos. Desde nuestro Polideportivo Municipal que, a pesar de su variada oferta deportiva, parece que empieza a quedarse pequeño (y más este año, que cientos de usuarios se han visto privados de la piscina cubierta...), hasta los más completos gimnasios, centros de entrenamiento y belleza entre los que escoger tratamientos y aficiones para todos los gustos y metas. Sin ánimo de exhaustividad, en este número les presentamos sólo algunas de estas opciones para hacer deporte y para cultivar la salud, con la principal intención de motivarles…. ¿a qué? No a estar guapos, no a despreciar las arrugas o la celulitis, sino a sentirse bien con uno mismo al mirarse al espejo.

Parece que con la primavera los bañadores empiezan a hacerse notar en el armario, para muchos con sus garras afiladas, y entra la compulsión por lucir palmito en verano. Vale. Siempre que se sigan métodos saludables y asesorados por profesionales (y, como verán, tenemos muchos y buenos cerca). Pero hay que tener cuidado con no descuidar la belleza interior, y es que a veces es imprescindible sumergirse en los tópicos, por lo que tienen de cierto.

Es probable que la más guapa que entrevistamos en este número sea la señora Manuela (ver pág. 34), con sus más de ochenta años y el brillo de la poesía todavía en la mirada, rodeada por sus orgullosas hijas, nietos y bisnietos. O nuestro joven vecino Fernando, que nos cuenta sus ideas para ayudar al Perú más pobre (ver pág. 32). No podría jurarlo, pero creo que ellos están a gusto con la imagen que les devuelve el espejo cada mañana.

Volviendo a lo carnal y para concluir, no puedo resistir la tentación de mencionar la archiconocida frase “Mens sana in corpore sano”, que todos recitan pero pocos saben a quién se debe: su autor no fue otro que Juvenal, poeta romano del siglo I de nuestra era. Hace veintiún siglos. No hemos inventado nada.