Aunque se nota, aseguran en un comunicado desde la Asociación, las nuevas tendencias de consumo, que hacen que aumente la venta de medidas más pequeñas para adecuarse a todo tipo de familias. Las piezas de medio kilo son las más vendidas y, entre las tendencias, se apuesta cada vez más por reducir la proporción de azúcar en la receta y en la creación de roscones adaptados a diversas intolerancias, como al gluten o la lactosa.
Se constata que más del 50 por ciento de la población prefiere el roscón relleno de nata o trufa y que cada vez son más los madrileños que optan por los elaborados artesanalmente, para consumirlo apenas unas horas después de su elaboración y venta.
Las cerca de 600 pastelerías artesanas de la región han aprovechado estas fechas para volver a pedir a los consumidores que adquieran los dulces navideños en los establecimientos con el distintivo de la Asociación de Empresarios Artesanos del Sector de la Pastelería de Madrid (ASEMPAS). Los valores de calidad que defienden vienen contemplados en la creación del ‘Sello Artesano de Calidad’, nacido en el año 2018 con el apoyo de la Dirección General de Comercio y Consumo de la Consejería de Economía, Hacienda Empleo de la Comunidad.