Era, aseguran desde la residencia, la primera vez que una arpista actuaba en el centro, y no estaban muy seguros de cómo recibirían los residentes la novedad. “Pero fue tocar las primeras notas con el arpa y se disiparon todas las dudas; la emoción llegó de pleno al instante a cada uno de los asistentes al concierto”.
En total, 35 mayores pudieron disfrutar de un concierto compuesto por piezas variadas de música celta, en las que Camile Levecque puso no sólo el sonido de su arpa, sino también su voz. Además, al principio de cada pieza ofreció explicaciones detalladas sobre el origen e historia de la misma. El concierto finalizó con una canción dedicada a todas las madres, en concreto una composición propia de Camile dedicada a su madre.
Desde la Residencia han valorado muy positivamente el resultado de esta unión. “Fue un verdadero regalo. Deseamos poder disfrutar muy pronto nuevamente de su música. Gracias al LaB hemos podido disfrutar de esta maravillosa experiencia”, asegura su directora, Eva María Gandul Martínez.