Miércoles 23 de abril de 2014
Por si no tuviéramos bastante derroche energético en estos días (decoraciones luminosas, luces en los árboles de Navidad...), resulta lamentable encontrarse con imágenes como ésta: más de tres horas después del amanecer, a las diez y media de la mañana, las farolas del Pueblo todavía permanecían encendidas, ofreciendo un innecesario servicio a las calles y un flaco favor al medioambiente.
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