Miércoles 23 de abril de 2014
Es el seudónimo utilizado por Bárbara Allende Gil de Biedma, una de las artistas visuales con mayor reconocimiento en nuestro país. Ya desde pequeña, esta niña nacida en la calle Montera, dibujaba lo que veía, y después de haber “mamado el Prado” y estudiado fotografía, decidió combinar dos de sus pasiones: la pintura y la fotografía.
Coloreando con exquisito cuidado y distinción el ´blanco y negro´ captado con su cámara, en sus obras crea un particular mundo a través de lo cotidiano y universal mediante escenografías más o menos sofisticadas pero nunca exentas de contenido y gran belleza visual.
Conocida desde la década de los 80 por su participación en La Movida Madrileña, de la que ella se considera, en todo caso, inspiradora o musa, manifiesta: “Siempre he sido muy tímida e introvertida. No fui la fotógrafa de La Movida como a veces he leído. Lo que sí, es que se empezaron a ver mis obras en aquel momento y, en ese sentido, se convirtieron en cierto modo en icono de la época. La Movida no fue más que la coincidencia, en un mismo tiempo y espacio, de individualidades tremendamente inspiradas, con mucha fuerza creativa y un mismo espíritu y deseo de libertad pero sin un estilo común. Nació espontáneamente y, con la misma espontaneidad que surgió, se fue.”
Se han “rifado” sus obras en las más prestigiosas galerías de París, Londres, Tokio o Nueva York. Teinta años de intensa actividad han sido, además, merecedores de galardones tan importantes como el Premio de Cultura de la Comunidad de Madrid o el Premio Nacional de Fotografía. Ha sido habitual de certámenes como ARCO, talleres de arte o clases y charlas de Bellas Artes y Diseño en distintas Universidades. Es precisamente con los alumnos de la Universidad Nebrija con los que ha elaborado una colección de fotografías, a modo de estampitas religiosas, en las que aparece la misma Ouka Leele recordándonos a Santa Bárbara con la torre de los Lodones de fondo y uno de sus poemas en el reverso. Utilizando cámara, pincel o pluma, la poesía es la verdadera herramienta de trabajo de esta magnética mujer, con la que nos construye un universo interior que podamos sentir, ya sea con imágenes, sueños o palabras. Ahora nos trae poesía escrita; los papelitos que encuentra en un bolsillo, folios y cuadernos que Ouka Leele ha ido llenando por el hecho de “transmitir el placer que el sonido y la música, formando imágenes, crean a través de las palabras”, los ha reunido en “La embriaguez desnuda”. Los tesoros de su mirada se desnudan engarzándose en unos versos a veces místicos, otras con aromas de poemas orientales, a veces con un tono infantil, pero siempre rezumando dulzura; la misma con la que habla y mira.
Bárbara llegó a Torrelodones, coincidiendo con el equinoccio de primavera, para celebrar con nosotros el día mundial de la poesía en el marco de las “Veladas literarias” que tienen lugar en Torreforum.
M&M