Alrededor del 42 por ciento de los adultos presenta algún tipo de patología de sueño: tienen dificultad para quedarse dormidos o mantenerse despiertos durante el día, o presentan problemas durante el descanso. El insomnio, la apnea obstructiva de sueño y el síndrome de piernas inquietas son algunas de las patologías más comunes, como ha dado a conocer el Hospital Universitario General de Villalba en el Día Mundial del Sueño, que se ha celebrado este 15 de marzo.
“Si se presentan síntomas que puedan sugerir estas patologías, se debe buscar atención médica para diagnosticarlo y tratarlo adecuadamente, y nunca recurrir a la automedicación, que puede conllevar efectos nocivos sobre nuestra salud”, advierte el doctor Miguel Pintor, especialista del Servicio de Neurofisiología Clínica del Hospital. Un abordaje profesional que en muchos casos puede tratarse y seguir desde Atención Primaria pero que, si es necesario, puede derivarse también a una unidad especializada para su valoración.
El sueño, nos recuerdan los profesionales sanitarios, es un proceso fisiológico necesario para nuestro cuerpo. Es importante tener un sueño saludable, ofrecer información para mejorar el conocimiento de la población sobre el mismo y compartir consejos para cuidarlo y mantenerlo.
“El sueño no solo nos prepara para poder estar despiertos durante todo el periodo diurno, sino que también regula diferentes procesos a nivel neuronal, hormonal y cardiovascular, entre otros”, explica el doctor Pintor. “Las necesidades de sueño varían de una persona a otra, e incluso en la misma persona pueden cambiar según la edad y la actividad que se haya realizado durante el día”, añade.
El sueño está compuesto por ciclos que tienen diferentes fases, todas ellas importantes y que van cambiando a lo largo de la noche: el sueño REM (por sus siglas en inglés “Rapid eye movement”, movimiento ocular rápido) y no REM, dentro del cual hay que distinguir entre sueño superficial y profundo. “En la primera parte de la noche predomina el sueño profundo, durante el cual el umbral para despertarse es mayor y, en consecuencia, somos menos conscientes de lo que puede ocurrir alrededor; mientras que en la última parte predomina el sueño REM y el superficial que, aunque es más ligero, no es de peor calidad; de hecho, es igual de importante como el sueño profundo”.
Decálogo para un sueño saludable
No sólo es importante lograr una buena calidad de sueño, sino también cuidarlo y “mantenerlo en forma”, siguiendo unos hábitos de sueño adecuados. Para ello, desde el Servicio de Neurofisiología Clínica del hospital villalbino proponen diez medidas de higiene del descanso para tener un sueño saludable: