El concejal de Seguridad, Víctor Arcos, explica que estos dispositivos, denominados técnicamente Dispositivo Electrónico de Control (DEC) (Taser es la marca comercial) es un dispositivo que lanza dos dardos que permiten paralizar de forma momentánea, para poder reducirla, a una persona “que se encuentre en un estado de agresividad”, para evitar que se haga daño a sí mismo, a otros o a los agentes. Son dispositivos “no letales”, recuerda, y “que se ha demostrado con muchos estudios que prácticamente no generan lesiones”. Se han adquirido dos, así como cuatro cámaras unipersonales, que los agentes llevarán prendidas al pecho y se activarán cuando el dispositivo se desenfunde.
Antes de su puesta en servicio, los agentes recibirán una formación específica tanto sobre el uso de los taser, características técnicas y funcionamiento, como sobre la legislación que ampara su utilización. Hay que señalar que estos dispositivos están recogidos en el Reglamento de Armas (RD 137/1993), como armas prohibidas, salvo para funcionarios especialmente habilitados, y deben ser usados “bajo los Principios Básicos de Actuación reseñados en la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad 2/1986 de 13 de marzo, ajustándose a los principios de congruencia, oportunidad y proporcionalidad en la utilización de los medios a su alcance”.
Además, la Policía Local ha creado un protocolo y procedimiento específico que regulará su uso y protección de datos. A mediados de abril, dos de los agentes de la plantilla recibieron la formación como usuarios e instructores para formar al resto de la plantilla.