|
(Foto: Isabel Pérez Van Kappel) |
El futuro incierto del Canto del Pico
miércoles 23 de abril de 2014, 12:06h
Add to Flipboard Magazine.
La reciente sentencia del Tribunal de Justicia de Madrid, favorable al Ayuntamiento de Torrelodones, impide que la empresa propietaria del palacio siga adelante con su proyecto de construcción de un hotel de lujo. Sin embargo, su futuro está lejos de aclararse.
Es una larga tarde de verano y unos cuantos niños apoyamos excitados la iniciativa del más atrevido: ¡vamos a la casa de Franco! Y allí que nos fuimos, jugando a los exploradores en un palacio de verdad. Entramos sigilosos a la casa, cuyo solo nombre evocaba respeto y, queriendo susurrar, gritábamos: "¡mira, mira: hay libros! ¡y películas! ¡¡y una estatua en la capilla!!". Han pasado ya más de 15 años y de aquello no queda nada; los niños de entonces no sabíamos que nuestra aventura era en realidad un asalto ilegal a un "Bien de Interés Cultural", declarado en 1985 ("Monumento" desde 1930) y abandonado poco después al olvido y al saqueo por parte de niños y no tan niños.
El "Canto del Pico" es una construcción de 1920, obra del tercer conde de las Almenas, D. José María de Palacio y Abarzuza, quien diseñó el edificio con la idea de albergar en él sus colecciones de arte. Este aristócrata dejó en herencia su palacio al general Francisco Franco, y allí pasó muchas de sus vacaciones el caudillo hasta su muerte, en 1975. Su familia lo vendió trece años después, por 320 millones de las antiguas pesetas, a D. José Antonio Oyamburu, propietario de la empresa hostelera Stoyman Holdings Limited (SHL), con sede en Inglaterra. Aquí es donde viene la escena del comienzo, iniciándose el deterioro del edificio que llega a su nivel más bajo en 1998, año en que un incendio destruyó toda la cubierta de la casa; ésta no fue restaurada hasta tres años más tarde, cuando se procedió también al tapiado de puertas y ventanas con antiestéticos ladrillos.
Cuando SHL compró la casa, su intención era la de construir un hotel de lujo. Para ello obtuvo una licencia del, por entonces, gobierno regional del PSOE, pero las obras se fueron retrasando al no contar con el presupuesto suficiente. Así llegamos a junio de 2001, cuando los propietarios, tras recibir una negativa del Ayuntamiento de Torrelodones ante su solicitud de aprobación del proyecto de ejecución, interpusieron una demanda amparándose en el silencio administrativo de estos años. Dada la existencia de una Ley Territorial que establece que las licencias de obras en bienes de interés cultural se entenderán otorgadas sólo cuando medie una resolución expresa - y al no existir dicha resolución - la sentencia se ha fallado recientemente en favor del Ayuntamiento. Contra ella no cabe recurso, lo que significa que el Canto del Pico no será un hotel. Previamente, en abril de 2001, este proyecto ya había recibido la negativa de la Consejería de Medio Ambiente, ya que el palacio se encuentra en medio del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, una zona protegida donde un hotel se saldría de la normativa vigente, que indica que "sólo están permitidos usos ganaderos o agrícolas".
Proteger o desproteger
En enero de 2003, la Dirección General de Patrimonio Histórico de la Comunidad de Madrid, inició el procedimiento de revocación de la declaración como Bien de Interés Cultural, con lo que el palacio pasaría a pertenecer al inventario de bienes culturales de la Comunidad. La Consejería de Cultura alegó que "ya no es lo que era desde el punto de vista cultural porque está muy deteriorado, y por eso se ha decidido que no merece tanta protección". En la misma Comisión Regional del Patrimonio Histórico hubo detractores de la desprotección, que afirmaron que la Comunidad se había desentendido del palacio, dejando que se sumiera en un deterioro absoluto. "Es sospechoso que ahora quiera desprotegerlo", declaró el diputado socialista Francisco Garrido, "nos tememos que detrás de esto haya intereses comerciales y urbanísticos". Ante la resolución, el alcalde de Torrelodones, Carlos Galbeño, fiel a la postura que siempre ha mantenido, declaró: "Constituye un deber fundamental de las Administraciones Públicas velar por la preservación del edificio". Ecologistas en Acción y varios vecinos a título personal, presentaron unas alegaciones a la resolución que fueron admitidas por la falta de unos documentos, pero, una vez completados, volvió a empezar el procedimiento. Aunque el plazo para presentar la resolución acaba el próximo 15 de julio, fuentes no oficiales aseguran que la desprotección ya está decidida, y que, a cambio, el resto de elementos arquitectónicos que se encuentran en la finca (columnas, escaleras, cruces...), gozarán de la misma protección.
También en aquel 2003, la Comunidad Valenciana declaró su deseo de recuperar la propiedad del claustro gótico del Real Monasterio de Santa María de la Valldigna, que el conde de las Almenas salvó del estado de abandono en que estaba tras la desamortización y se trajo al Canto del Pico, hace 80 años. Se alcanzó un acuerdo entre los propietarios y Generalitat Valenciana por el que ésta compraría el claustro por un millón de euros, gestionaría su traslado y llevaría a cabo su reposición con una copia exacta. La actuación como mediador en esta gestión le valió a nuestro alcalde recibir el galardón "Amigo de la Valldigna", en abril de 2004. Pero, al gozar el Canto del Pico de la máxima protección, no se podía tocar ni una piedra hasta que fuera rebajada un grado. De momento el claustro sigue en su sitio, a no ser que lo que veamos sea una reproducción, lo que significaría que se ha realizado un acto delictivo, ya que el Palacio, oficialmente, todavía es un Bien de Interés Cultural.
La idea de desproteger el palacio chocó desde el principio con la oposición de la Plataforma por la Defensa del Canto del Pico, constituida desde hace un año por vecinos de Torrelodones (apoyados por grupos políticos y asociaciones) con el fin de salvaguardar la integridad del patrimonio. Si se llega a rebajar su protección, los dueños podrían vender sin comunicárselo a la Administración, y el claustro de Valldigna podría sentar un precedente para los elementos arquitectónicos de diversa procedencia que integran el palacio: al castillo de Curiel de Gijón volverían las columnas góticas, a Teruel los artesonados del siglo XIV, a Lérida la chimenea renacentista...
Por si no fueran suficientes sus riquezas artísticas o su ubicación en un Parque Regional, la casa ha adquirido en sus ochenta años de vida valores históricos: en su escalera falleció Antonio Maura y desde aquí dirigió el general Miaja la batalla de Brunete. Sigue pasando el tiempo y el Canto del Pico continua dominando nuestro pueblo desde su rocoso enclave, esperando que los propietarios y las Administraciones Central, Autonómica y Local se pongan de acuerdo mientras, poco a poco, sus majestuosos muros, pórticos y escalinatas van transformándose en ruinas.