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Juan Van Halen: “Torrelodones es un pueblo con mucho encanto”

Periodista, poeta, senador y amante de Torrelodones

miércoles 23 de abril de 2014, 12:06h
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Juan Van Halen: “Torrelodones es un pueblo con mucho encanto”
Juan Van Halen Acedo es un enamorado de su tierra. Torresano de pura cepa, nació y vivió durante sus primeros años en este pueblo serrano que con tanto orgullo recuerda. En todos sus libros hay una referencia a Torre, por lo que ha llevado a su pueblo por todo el mundo tras ser traducida parte de su obra a siete idiomas: francés, inglés, italiano, neerlandés, portugués, árabe y ruso.
Por este motivo, le gustaría volver a vivir en Torelodones.

Van Halen ha escrito más de 30 libros, entre poesía, ensayo y novela, aunque él se considera poeta. Con sus libros ha recibido numerosos premios, y por su obra ha sido elegido Doctor “Honoris Causa” por la Universidad de Alcalá de Henares; además es Presidente de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, Vocal del Real Patronato de la Biblioteca Nacional de España, y académico de varias Corporaciones españolas y extranjeras, entre otros cargos importantes. Pero, por si esto fuera poco, también es periodista, diputado autonómico y senador del Partido Popular por la Comunidad de Madrid. Con esta intensa trayectoria nos hemos sentado con él para conocerle un poco mejor.
¿Qué significa Torrelodones para usted?
Viví unos años de mi infancia en un pueblo pequeño, por lo que para un chaval con mucha vida interior o por lo menos con sueños interiores que de mayor hizo poesía, es una referencia rural muy importante y es una manera de evadirte de la gran ciudad. Tengo un poema que se titula “Pueblo y Ciudad”, en donde se refleja que la ciudad es algo impersonal, algo que te puede, pero el pueblo es tu memoria. En cierto sentido, eso lo he fomentado para mi propio enriquecimiento literario, y desde hace años en todos mis libros hay algún poema dedicado a Torrelodones, de como yo voy allí buscándome, y ni me encuentro yo, ni ese Torrelodones de mi recuerdo infantil es el actual. Para mí Torre ha sido una especie de coartada sentimental, una referencia vital y, en cierto modo, la justificación de una trayectoria.
¿Viene mucho a Torre?
Voy bastante, y de vez en cuando los fines de semana como allí con amigos. Ha cambiado mucho; sobre todo la fisonomía del pueblo no tiene que ver nada con la de mi niñez; ahora tiene muchos “chalets” por lo que pierde el encanto que tenia de pueblo pequeño, pero gana en desarrollo. El pueblo que yo conocía era un pueblo abarcable y se conocía todo el mundo, ahora creo que ya no es tanto así. Es un pueblo con mucho encanto.

Primero le pusieron la calle con su nombre, luego colocaron un busto suyo y por último, el premio literario ¿Qué siente con estos reconocimientos?
Cuando me dedicaron la calle fue una sorpresa, no lo sabía. Me hizo muchísima ilusión, me pareció inmerecidísimo. Lo único que dije es que ya que me dedicaban la calle que fuese al “Poeta Juan Van Halen”, que no pensaran que se debía a mi actividad política, que eso no me hubiese gustado ni mucho menos tanto.

El busto en la Casa de la Cultura tampoco me lo imaginaba, fue una iniciativa que el Ayuntamiento encargó a Santiago de Santiago. Fue a inaugurar el busto Esperanza Aguirre cuando era ministra de Educación y Cultura, sin duda porque ya era amiga mía. Es un orgullo.

En cuanto al premio con mi nombre, la iniciativa viene de hace años. Cuando presenté un libro mío en el teatro, el alcalde de entonces, Mario Mingo, anunció que se convocaría un premio “Juan Van-Halen”, y se ha hecho realidad hace poco. Todo ello supone un orgullo más. Espero que el premio sirva de aliento a valores jóvenes de la poesía española.

Ha declarado que va a donar sus libros a Torrelodones ¿Cómo fue esa decisión?
Lo normal es que los escritores que tienen buenas bibliotecas, o por lo menos bibliotecas interesantes, acaben vendiéndolas a instituciones. Yo que he comprado muchos libros, de nuevo y “de viejo”, pienso que con los libros puede comerciar el comerciante, no el escritor ni el usuario. Tengo una biblioteca que está en tres casas, ya no hay casa que lo resista, y tengo dos hijos, ¿qué hago? Ellos no los podrían conservar en su casa. Entonces se me ocurrió que para mantener la unidad de la biblioteca sería bueno donarla, y que podría ser bonito y útil para Torrelodones y reconfortante para mí.

La idea surgió en una cena; no hace mucho el Ayuntamiento pensó rehabilitar el edificio La Solana y crear allí, por un lado, un centro de estudios sobre la poesía y los poetas de la Comunidad de Madrid, algo muy atractivo, y por otro lado, la biblioteca “Juan Van-Halen”. Para que se conserven allí donaré mis libros o al menos los que quepan. Pueden ser entre 4.000 y 8.000 los ejemplares para ese fin, la mayoría descatalogados y muchos de ellos “raros”. Soy muy “fetichista” para los libros, es decir, me encantan los libros que se singularizan por algo, porque estén dedicados para mí o para otros, libros en los que el autor hizo anotaciones, destacó una frase o algo así. Además, todo libro “de viejo” es él y lo que lleva dentro; en los libros he encontrado de todo: cabellos de señorita decimonónica, hojas secas, recortes de periódicos… Me hace ilusión porque el lugar de referencia de mi poesía es Torrelodones; que mi biblioteca no se disgregue y los interesados puedan consultarlos es algo muy hermoso y muy reconfortante.
¿Y qué piensan sus hijos?
No les gusta demasiado, esta es la verdad, sobre todo a mi hijo. Los dos son buenos lectores. Pero quiero preservar la unidad de la biblioteca. Solamente me reservaré los libros que tienen que ver con temas históricos de la familia; los que heredé de mis predecesores y los que he ido comprando en Francia, en Holanda, en Estados Unidos y en Bélgica sobre los Van-Halen en Flandes y en España.
¿Cómo empezó a escribir?
Todos los poetas malos y algunos buenos, empiezan a escribir con 14 ó 15 años; yo empecé con esa edad y no sé el porqué, es un misterio. ¿Por qué alguien tiene que ponerse a escribir en verso? ¿Por qué imperativo que no se puede eludir? No lo sé yo ni creo que lo sepa ningún poeta.
¿Algún maestro?
Reconozco a no pocos maestros, pero la persona que más me apoyó en mis inicios fue José García Nieto, luego premio Cervantes, que fue académico y Secretario de la Real Academia Española. Con 18 años me presenté en su casa con unos versos porque me sentía muy cercano a su modo de hacer poesía; ahora acaso no me sentiría tan cercano. Yo empecé a hacer sonetos –él era un gran sonetista-, y le enseñé otros poemas, y me dijo que si quería publicarlos -siempre he dicho que los leyó con indulgencia plenaria-; él mismo hizo una selección de mis poemas y los publiqué. Era un hombre muy generoso e hizo mucho por la poesía joven; me ayudó mucho; cuando me hicieron Doctor “Honoris Causa” en Alcalá le dediqué mi discurso. Ahora de ese libro salvo uno o dos poemas que están en mis antologías, los demás no los quiero ni ver; el libro tenía sobre todo buena intención.
¿Cómo decidió estudiar periodismo?
José García Nieto dirigía una revista y su segundo de a bordo era Paco Umbral, que no había publicado ningún libro aún, y nos hicimos muy amigos. Los dos me llevaron a la tertulia de los poetas en el Café Gijón, cuyo mago era Gerardo Diego, había allí poetas muy grandes, como Luis Rosales, Anglada, Prado Nogueira, Montesinos, Morales... Tenía menos de 20 años e iba todas las tardes a la tertulia; era una especie de monaguillo entre cardenales. Aquél grupo era entrañable; fue una experiencia increíble. De esas tertulias algunos amigos dimos en periodistas; entonces había escuela, aún no facultad.
¿Cómo fueron sus años como periodista?
Interesantes desde un principio. En 1967 empecé a colaborar en el diario “Ya”, hoy desaparecido, y en 1970 entré en RTVE; antes ya había dirigido “El alma se serena”, programa que cerraba a diario la programación televisiva. Consistía en un poema o prosa corta inédita y escrita especialmente para el programa por primeras firmas: Aleixandre, Gerardo Diego, Luis Rosales, Francisco Umbral, García Nieto, García Pavón… y otros, casi todos mis amigos del Café Gijón. Pensé publicar una recopilación, pero como no había video no se conservan en los archivos y yo y perdí los originales. Estuve en periódicos: en “Pueblo”, en “Arriba”, en el equipo fundacional de “El Imparcial”…, todos ellos desaparecidos, y a colaborar asiduamente en ABC, y en emisoras de radio, como la SER, RCE y RNE, y empecé a ser enviado especial. Primero viajé a Irlanda del Norte con un compañero, y ninguno de los dos sabíamos inglés, pero hicimos unos reportajes creo que interesantes por la repercusión que alcanzaron, incluida una entrevista a un jefe del IRA. Luego la guerra de Oriente Medio, Paquistán, Irak… Soy el único periodista español que ha entrevistado a Saddam Hussein, una vez en Bagdad y otra en Madrid. Luego la guerra de Vietnam; algunos de aquellas crónicas no aparecieron publicadas porque en uno de aquellos viajes había “estado de excepción” en España y por ello censura previa.

En España, cuando era Director de Coordinación de RTVE, se murió Franco y estuve en la coordinación de las retransmisiones del entierro y de la llegada al trono del Rey. Luego fui cronista parlamentario en la transición, y me tocó vivir en primera persona el 23–F, que pasamos con miedo porque pensábamos que loa asaltantes eran de ETA. Recuerdo que José Luis Gutiérrez, Raúl del Pozo, López Negrín y otros estábamos con Adolfo Suárez en la cafería del Congreso y cuando Adolfo se fue al escaño nos quedamos allí; de pronto se oyó un ruido, que fue el primer y único disparo de Tejero; y llegaron a la cafetería unos hombres vestidos de guardias civiles, pero pensamos que eran terroristas disfrazados porque cada uno iba vestido de una manera diferente, con uniformes distintos: de rurales, de tráfico… en fin creímos que eran de ETA; nos hicieron tumbarnos en el suelo y luego oímos los disparos del hemiciclo. Al final, tras varios tiras y aflojas, salimos del Congreso muy tarde.
¿Cómo empezó en la política?
Hice muchos amigos políticos cuando estuve de cronista parlamentario, tenía relación con UCD y con el PSOE, y me llevaba especialmente bien con AP, que era como se llamaba entonces el Partido Popular. Ingresé en AP en 1984 y me integré en el Comité Ejecutivo de Madrid. En las elecciones autonómicas y municipales del 87 tuve la posibilidad de ir en las listas para el Ayuntamiento o para la Asamblea de Madrid, y me pareció más atractiva la Asamblea porque me gustaba la vida parlamentaria. En el 89 se produjo la primera vacante en el Senado por la Comunidad y desde entonces he sido senador, salvo entre el 95 y el 99 que fui presidente de la Asamblea de Madrid con Alberto Ruíz-Gallardón como presidente de la Comunidad.

Me he resistido, agradeciéndolo, alguna vez que se me ha propuesto ir al Ejecutivo, a una Consejería. En 1999 me lo propuso Alberto Ruíz-Gallardón, se lo agradecí pero entendió mis reparos. Tras mi presidencia de la Asamblea de Madrid le pedí volver al Senado. Me gusta mucho la vida parlamentaria. Además ¿se entendería que un miembro del Ejecutivo fuese jurado de premios, se presentase a premios, y estuviese en la vida literaria tan activamente? Siempre alguien diría cosas. No lo sé.

Por esa regla, ¿no se plantea la política en Torrelodones?
No. Ni se me ha pasado por la cabeza. Lo que más admiro en la actividad política es la política local, la labor de los alcaldes y los concejales, porque están todo el día ejerciendo. Me gusta mucho el parlamento y la labor parlamentaria.
¿Con qué se queda? ¿periodista, poeta o político?
Es una buena pregunta que nunca me han hecho. Creo que político no “se es”, yo no me considero, por así decirlo, un político; estás en el servicio público y haces política, pero, por mucho tiempo que lleves, la independencia te la da haber hecho otra cosa; tener tu profesión. Yo siempre digo que para hacer política se debería haber ejercido un oficio previo. Partiendo de la base de que uno “hace política” pero no “es” político aunque ejerza un tiempo como tal, lo que “soy” es periodista y me siento periodista, muchas veces tengo “mono” del ejercicio de la profesión. Luego, lo mejor de mí es lo que se derrama en la poesía; mi sentimiento interior es la poesía. Me considero poeta sobre todas las cosas.
¿Ya está escribiendo su libro próximo?
Son dos libros, escritos al tiempo, desde 2004. Uno se titula “Sueños e insomnios”, que es un libro de sonetos. Y el otro, “La sombra de las manos”, es un libro de poemas en verso libre, muchos de ellos intimistas y otros de mi relación con lo que sucede a mi alrededor. Están prácticamente terminados. Espero que a lo largo del año 2011 estén publicados.
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