En este gran lienzo, que también se puede contemplar en la exposición, la pintora villalbina realiza un homenaje al cuadro ‘El descendimiento’, del pintor flamenco Rogier van der Weyden, una copia del cual se puede ver en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial (el original está en el Museo del Prado).
La autora transmuta esta escena ‘divina’ en una escena ‘humana’ y realista, la de un accidente laboral, y utiliza como protagonistas a sus propios familiares. La exposición está acompañada por los estudios y bocetos preparatorios para la ejecución del cuadro, y por varios poemas escritos por Ana Ortega Romanillos.
“Para mi no hay forma de mejorar ‘El descendimiento’, después de cinco siglos parece mentira que siga emocionando”, explica Fernández, quien asegura que con su homenaje quiso reflejar “el dolor humano” y transmitir al espectador “esa pena, ese dolor que existe desde siempre, desde que el mundo es mundo. A ver si soy capaz que el observador lo sienta como yo lo siento cada vez que veo la obra de Van der Weyden”.