La niña de Rajoy quiere hacer deporte
miércoles 23 de abril de 2014, 12:06h
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En un año bisiesto y electoral, el Polideportivo cumple 25 años de puertas abiertas al deporte. Entonces, acababa de llegar al Poder un Felipe, aún descorbatado, con patillas y aglutinador de esperanzas. Con el tiempo, todos cambiamos en lo físico y algunos también en lo demás. Cuando los históricos diez millones de votos socialistas, Torrelodones era un pueblo que no llegaba a 4.000 almas y sobraba Polideportivo a diestra y siniestra. Hoy, en la época ZP -y de Galbeño, dicho sea de paso- somos más de 20.000, ¡cinco veces más!, y a pesar de la ampliación de instalaciones en Nuevo Peñascales y Prado Grande, hace años que falta sitio. Los torresanos, jóvenes y no tanto, gustan del deporte y hay que fomentarlo, porque una sociedad deportista es una sociedad sana; en especial, en la infancia y la juventud, porque marca valores de disciplina, superación, espíritu de sacrificio, camaradería y el bienestar de cuerpo y alma. Ahora se mira al futuro con el objetivo en el Centro Deportivo “López Maeso” del Área Homogénea Sur; es la gran apuesta y esperemos que sea la ganadora. Según lo estimado, el equipamiento es soberbio y la extensión, respetable. Ahora lo que hace falta es que la sociedad mixta que dirija su gestión sea extraordinariamente sensible con la política de precios; que la inversión, no por ser privada, vaya a ser un gasto gravoso para las familias de Torre; que no haya excusas -y menos la económica- para no hacer deporte. En este sentido, el equipo de Gobierno ya se ha pronunciado favorablemente, anunciando precios especiales para jóvenes y mayores. Así habrá de ser para que se justifique poner en manos privadas recursos públicos y compartir la explotación y gestión del derecho de todos a hacer deporte. Si la fórmula funciona, todos los torresanos lo agradecerán, porque al final al ciudadano lo que le importa es la calidad del servicio y el precio asequible, independientemente de quién y cómo se haga eso, aunque haya muchos que piensen que todo ha de ser gestionado por el funcionariado. Seguro que la niña de Rajoy, que nace en Torre, también quería tener la posibilidad de hacer deporte sin importarle si quien le da la pelota cobra su sueldo del ayuntamiento o de una empresa. Pero seguro que si ZP tuviera otra niña en su cabeza, aspiraría exactamente a lo mismo, aunque en Torre el PP haya golea-do al PSOE con un marcador electoral del 60% frente al 28%. ¡De escándalo! Claro, que lo que cuenta es quién gana la liga y ahí ZP se llevó la Champions, mientras a su lado lloraban de emoción comunistas de toda la vida como Ana Belén y Víctor Manuel. Con tanta emoción tránsfuga hacia el bando campeón, no es de extrañar que IU haya bajado a segunda división. Y, aunque en este caso toda semejanza no sea pura coincidencia, las generales no se rigen con parámetros de las locales. Rajoy vetó a Gallardón como Luis Aragonés a Raúl y ambos se sientan ahora en banquillos de cristal. Galbeño debe contar siempre con los mejores para bien del deporte en Torre.